el otro día...


A todos nos gusta contar historias. Son esos momentos de los que uno disfruta el compartir con alguien alguna anécdota o cuento que nos haya tocado vivir, disfrutar...o padecer. Pero hay algo que mucha gente necesita corregir.

Si se realizara una encuesta, de seguro la primera oración más mencionada a la hora de empezar a contar algo sería 'el otro día...'. Gente, necesitamos una nueva norma para los queridos cuentistas e historiadores: una que establezca hasta que punto es válido usar esta expresión al iniciar una historia, porque me revienta cuando alguien empieza a contar algo que pasó "el otro día", generando un clima de expectación por saber que pudo haber pasado, para finalmente darnos cuenta que se trataba de algo que ya tiene uno, dos o cinco años de antigüedad...¿y el huevo?......¿qué huevo?......el que me chupa forro! si ya pasó tanto tiempo no me interesa! me lo hubieras contado antes!

¿Acaso alguna vez leyeron un libro de Félix Luna en el que empiece diciendo: 'El otro día, hace 137 años...'?

a llorar a la iglesia...


Iba hoy caminando alegremente por la ciudad cuando al pasar frente a nuestra querida y renovada Catedral de San Isidro experimenté una revelación. No es que me agarró un pedo místico ni nada por el estilo. Fue una de esas cosas que sentimos dentro que nos dicen que hay algo que no está en su debido orden. Y de pronto se hizo evidente. El conflicto salió a la luz.

"Para llorar ingrese aquí" ¿Alguna vez alguien leyó un cartel así en la puerta de una iglesia? ¿Por qué es que la gente dice eso de "a llorar a la iglesia"? ¿Cuál pudo haber sido el origen de este dicho tan popular?

El primer pensamiento que se me cruza por la cabeza es: ¿es la gente tan garca que al no querer bancar la pena de un amigo lo manda a que llore y se lamente a otro lado? No puede ser mejor para la persona, encontrándose en cierto estado de alteración, ir a lamentarse a un sitio donde probablemente no encontrará otra cosa que desconocidos. Se me ocurre quizás que quien se lo recomienda, contemplando la posibilidad de que esta persona se suicide, lo haga en este lugar para poder de alguna manera hacerse con alguna gracia especial de Dios...pero no me da la impresión de que sea eso probable.

Pero ¿se imaginan ustedes lo que sería si toda la gente a la que se le dice esto hiciera caso al consejo y se dirigiera a la iglesia a derramar sus lágrimas? No se si habrán podido, como yo, hacerse una suerte de imagen de lo que sería eso...pero en mi cabeza no tiende a ser de lo más agradable. Iglesias abarrotadas de gente lamentándose, gimiendo y llorando. Esperando que alguien aparezca con una bolsa de consuelos o con la respuesta a todos sus problemas.

Por eso yo propongo lo siguiente: la próxima vez que quieras zafarte de alguien que te venga con algún llanto, no lo mandes a llorar a la iglesia, mandalo a la represa hidroeléctrica Chocón-Cerros Colorados a que derrame sus lágrimas en el río Limay! De esta manera matamos dos pájaros de un tiro. Primero, nada de gente llorando en las iglesias; y segundo, hacemos subir el nivel del problemático embalse y no más crisis energética para nadie!

Sumate a la campaña "Llorá tu propia energía"

un día como hoy...in a galaxy far far away


Fulano...Mengano...¿quién no conoce a fulano o a mengano? no me gustaría ser vos en este momento si tu respuesta fue "yo". Es que estos personajes han logrado hacerse un lugar en nuestra cultura, al punto de ser nombrados en casi cualquier conversación de habla hispana. Pero ahora bien, no hay que olvidar al primo famoso de estos dos personajes, que no es otro que el también conocidísimo Juan Pérez.

Muchas veces hemos escuchado historias que nos han llegado acerca de un 'fulano de tal...' o 'un tal mengano...' que de seguro no nos caían bien, pero su hermana estaba bárbara así que pretendíamos ser sus amigos. Y fue hoy que me tocó a mi encontrarme con un Juan Pérez. Pero lo curioso fue que no me encontré con un una historia de un Juan Pérez cualquiera...sino con un VERDADERO Juan Pérez. Fue un hallazgo accidental...aunque me he dado la libertad de catalogarlo y convencerme de que fue uno de tipo divino, predestinado y sobrenatural...que suena a que estuvo bueno.

Pero para aclararles un poco el asunto, sucede que un día como hoy, 8 de agosto, pero del año 1774, el español Juan Pérez, al mando de la fragata "Santiago", descubre en la costa occidental de Canada la isla de Quadra, hoy llamada y conocida como Vancouver.

Se que en nada nos afecta a nosotros el descubrimiento realizado por nuestro querido amigo gallego...pero no puedo dejar de compartir con ustedes la sensación que experimenté al leer esto, que considero toda una experiencia de vida...hoy aprendí algo acerca de un verdadero Juan Pérez.

bueno me voy a dormir, es muy...


¿tarde? sería probablemente el final que muchos de ustedes le darían al título...pero, ¿sería eso del todo correcto?

Analicemos la siguiente situación: una noche como cualquiera, un grupo de amigos se reune a pasar un rato juntos, cenar, cantar, jugar algún juego, descubrir algo que alguno ocultaba, hablar mal de los que no se encuentran presentes...lo normal. Pasan las horas y ya entrada la madrugada (las 6 marcaba el reloj) uno de ellos, volviéndose consciente de la hora, irrumpe en la sala diciendo: 'cheee miren que tarde se hizo! vamos yendo a casa...'.

Pasemos a analizar ahora esta otra situación: una mañana como cualquiera un estudiante universitario, que no salió de joda con los amigos de la situación anterior y, por ende, se ligó su buena cantidad de palos, se encuentra durmiendo cómodamente en su cama cuando el tan odioso despertador (marcando las 6) comienza su rito de tortura al son de 'din-din-din-din-din-din-din'. El estudiante con un humor un tanto desmoralizado se levanta de su cama para comenzar el día pensando mientras chequea el horario: 'que ganas de seguir durmiendo...es muy temprano...'.

Ahora, me es inevitable notar, luego de analizar los casos anteriores, que hay una notable contradicción puesto que siendo la misma hora para uno se hizo demasiado tarde mientras que para el otro es demasiado temprano. ¿Cuál de los dos tendrá la razón? ¿es tarde? ¿es temprano? no puede ser las dos cosas...ya que de este modo se cancelarían y nos encontraríamos en un momento del día que no es nada, ni tarde, ni temprano, un simple bache en el tiempo quizás.

Es por eso que creo yo que el mundo debería comenzar a plantearse este interrogante y establecer una norma para que podamos todos terminar o empezar el día tranquilos sin tener que preocuparnos por esto. Imaginen lo que sería sino...ya que de ser tarde, el pobre estudiante universitario nunca podría despertarse de manera pacífica debido a que siempre se estaría levantando tarde y tendría que adelantar el horario de su despertador, robándole preciadas horas de sueño...o, de ser temprano, los muchachos no tendrían de que preocuparse y podrían seguir el día entero de joda hasta la noche, cuando, efectivamente y sin duda alguna, puedan afirmar que finalmente ya se les hizo tarde, pero siendo ya hora de empezar una nueva salida.

Sea cual sea el caso, daría lugar al caos ya que, de declararse que es tarde, el mundo viviría de mal humor por no dormir horas suficientes o, de declararse temprano, eternamente de joda por no sentir la necesidad de tener que ir a dormir...porque no hay de que preocuparse, todavía es temprano.

Pulpo.-